Barra de chicas: las bartenders ganan terreno en el mundo de la coctelería

    A los dos lados de la barra!


    27/06/2018

    Supieron hacerse un lugar en un mundo completamente masculino, cuestionaron los mandatos y se metieron de lleno a trabajar de lo que más les gustaba: preparar cócteles.

    Superaron acosos, faltas de respeto, prejuicios y discriminación de género –por parte de sus jefes, compañeros de trabajo y clientes–, pero ninguna de estas dificultades frenó sus ambiciones.

    La colombiana Carina Soto Velásquez y las norteamericanas Ivy Mix y Pamela Wiznitzer cuentan con varios factores en común: son bartenders reconocidas a nivel mundial, aman la noche y los tragos, son amigas, activistas en la lucha feminista, y tienen treinta y pocos años.

    Además, las tres supieron convertir su pasión en negocio y actualmente son dueñas de diferentes emprendimientos: Ivy de Leyenda Brookling Coctelería; Pamela de Seamstress Restaurante & Bar en Manhattan y Carina fundó una cadena que hasta ahora tiene cinco bares en París.

    Convocadas por la marca premium de ron Bacardí para ser jurados en el Bacardí Legacy Global Cocktail Competition –uno de los principales concursos de coctelería a nivel mundial– coincidieron en la Ciudad de México, y Para Ti aprovechó para hablar con ellas sobre el lugar de la mujer en la coctelería mundial.

    GIRL POWER. Uno de los primeros trabajos de Ivy Mix fue como mesera en un bar de Brooklyn, donde conoció el mundo de la coctelería y se enamoró. "Cuando le pregunté a mi jefe si podía trabajar detrás de la barra, me dijo que no porque era una mesera", cuenta la ganadora del concurso Tales of the Cocktail, premiada como "bartender del año" en 2015.

    Ivy continuó persiguiendo su objetivo y no sólo consiguió trabajar como bartender, sino que en 2011 creó Speed Rack, una plataforma donde las mujeres pueden mostrar su trabajo y ser contratadas.

    "Hay que sacarse el sombrero con los concursantes del Bacardí Legacy porque participar requiere trabajar después de tu trabajo, y la mayoría prefiere cuidar sus puestos", agrega Carina Soto Velásquez, ganadora en 2008 del premio por su receta original en la competencia nacional de coctelería de Francia Les Trophées du Bar.

    Gracias a esa experiencia a Carina se le abrieron muchas puertas en la industria y años más tarde pudo fundar junto a su marido Quixotic Projects, que cuenta con cuatro lugares: Candelaria, Glass, Le Mary Celeste y Hero.

    Otro de los motivos por los cuales las mujeres eligen no participar de estos concursos, según Carina, es que son "muy intimidantes". "La mayoría de los jurados, los participantes y el público son hombres, por eso tiende a ser más tenso para la mujer", dice Carina, que en cada competencia en la que la llaman para ser jurado se asegura de no ser la única cara femenina.

    SENTIDO DEL GUSTO. En cuanto a la productividad, hombres y mujeres llegan exactamente a los mismos resultados cuando preparan un trago. Pero existe una pequeña diferencia entre ambos y es el sentido del gusto.

    "Está científicamente comprobado que las mujeres contamos con más papilas gustativas, por lo que al momento de preparar tragos y probarlos tenemos otra sensibilidad. Además, relacionamos directamente el sabor con un recuerdo emocional", asegura Pam Wiznitzer.

    Para Carina esta diferencia se ve mucho en las cartas de los bares: "A las mujeres les gusta mucho trabajar con cócteles muy pronunciados, elegantes pero fuertes".  "El hombre tiene que empezar a hacerle el lugar a la mujer y saber que no se lo va a quitar, sino que lo va a complementar", concluye Carina.

    Sin dudas, la coctelería –al igual que en muchos otros ámbitos laborales– no está ajena a los cambios culturales y sociales. Las mujeres de a poco empiezan a escribir un nuevo capítulo y traen otros aportes. Descubrirlos será, seguramente, lo más interesante para esta disciplina y para todos sus seguidores.

    Textos: CANDELA URTA para Para Tí

    2017 SOS fantástic@